Sonrisas forzadas, envueltas en pasión cínica
Aire amargo que envenena mi sangre de sucio cristal
Manos delicadas que se queman al alcanzar el sol
Dedos que juzgan al odio y al amor
Ojos generosos, traicionados por la frialdad de almas despiadadas
Océanos de alegría salada, ahogados en lágrimas salvajes
Besos frágiles hechos de fuego y agua
Tiempo bailarín que se esfuma sin esperar a nadie
Soledad que me acompaña cuando el universo se da la vuelta
Ensueños idealizados, olvidados en la orilla de la desilusión
Primaveras con aroma a lluvia desolada y rosas marchitas
Pétalos inocentes que se escapan entre silbidos y gritos de tormentas crueles
Canciones de silencio incómodo
Nostalgia áspera que me persigue con espadas
Destino descolorido que me desgarra el corazón
Luna solitaria, prisionera de la frialdad de la noche
Sonrisas forzadas, que esconden un mundo de estrellas apagadas.
ADRIANA
¿Cuál es vuestra opinión? ¿ Qué os ha parecido? Saludos.
Identificada con
Canciones de silencio incómodo
esos momentos me han sacado más de una sonrisa forzada.
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Muchas gracias por leerlo!
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Precioso. ¿Donde está el botón de me encanta?
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Muchísimas gracias por tus palabras! Me alegro de que te haya gustado
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Querida Adriana, sobre los sentimientos propios ante una situación en especial, no esperes de los demás lo mismo. Esta sociedad ha sacado lo peor de cada uno y aún así en esa individualidad podemos dar lo mejor de nosotros. Saludos cordiales desde Santiago de Chile.
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Muchas gracias por dedicar tu tiempo a leer mi poema. Saludos.
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Sonrisas forzadas ante el mundo,
que esconden el dolor opresor
que mana del desengaño de la vida.
Me ha gustado mucho, emotivo. Un abrazo.
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Así es. El dolor causado por un mundo cruel, se esconde detrás de sonrisas forzadas. Muchas gracias!
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Muy bueno, desde una mirada externa. En realidad, todos llevamos en algún momento esa sonrisa, pues a pesar de dolores propios o del dolor que nos causa ver tanto sufrimiento en el mundo, seguimos adelante irremediablemente.
Me gusta cómo expresas, Adriana.
Saludos.
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Muchas gracias, Viviana! Un saludo
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